jueves, 14 de octubre de 2010

Circulá

Se incendió un auto en Olavarría. Gente más importante usa remeras sin corpiño y hasta se le ven los pezones. Algunos chupan sangre pero de verdad. Hay balas que se oxidan en el cargador, otras vigilan a un taiwanés vacío a través del telescopio del nuevo dios, otras extinguieron algunas especies sin poder saberlo y otras no existen.

Lo que fue, lo que pudo ser y, aunque alguno no lo acepte, lo que no va a ser, barren, acumulan, y de alguna forma largan lo más liviano a volar con los pedazos de piel muerta que nunca terminan de caer, brillando a trasluz, por el haz de una ventana sucia con algunos bichos pegados y otros perseverantes.

El presente corre a lo bruto y empuja a la banquina de su camino por la cuerda floja a todo lo que se le cruce. Con espacio para uno el resto cae al limbo de las infinitas cuerdas flojas. Y así como uno es el único obstáculo para ver el infinito en dos espejos de frente, como los ojos se tapan a sí mismos, cada cuerda es una fibra de otra más general, donde cada una se puede sentir, como mucho, como una célula que funciona de otra forma, suponiendo, obviamente.

Lo que si, siempre circulá. Aunque no tenga sentido, desesperate cuando veas que no viene el colectivo, desesperate cuando otro se le ponga enfrente y parezca que no va a parar. No busques un banco a mitad de cuadra. Los codos en el bazo son brazos de rompecabezas (querés encajar, supongo). Y siempre sonreí, porque está mal no saludar, está mal pensar que a veces no tenés nada que decir, está mal pensar que ninguna charla va a ningún lado porque hasta con eso tirás al limbo las ganas de los demás. Y más o menos podés adivinar por dónde van a aparecer. A vos también te van a empujar y también más o menos sabés por dónde vas a aparecer.

¿Y ahí que va a pasar? El limbo va a perder su aleatoriedad, porque circular… Bueno, etimología.

Entonces un “¿Qué pensás?” encierra. Las posturas encierran. “Estructura” es peyorativo pero hasta las amebas tienen un código, y un ciclo. ¿Y los escépticos? Por favor… Después viene entrar en conciencia. ¿Qué es entrar en conciencia? Si todos se terminan pintando de colores, eligiendo como se elige una porción de pizza, ser consciente de que se tiene conciencia es creer hablar en grillo, es decir que cuando un perro ladra dos veces quiere que le acaricien la oreja.

Entonces la consciencia de la existencia es egoísmo.

Alguien diría que quien afirma tanto en tan pocos párrafos no es más que un idiota ilustrado.

Pero el círculo sedujo, y como todo, cansó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario